domingo, 6 de febrero de 2011

Reparación


¿Y por qué siempre vuelves a llamarme, si al final siempre acabas echándome?
¿Y por qué siempre vienes tú?

Se miraron con los ojos llenos de demencia y él deseó, en un ataque de cordura, confesarse, confesarle

¿No ves que estoy loco? No vuelvas a venir.


El intento de reparación, en este caso, había resultado fallido.














1 comentario:

Anónimo dijo...

No estamos locos.
Solo nos desbordan las situaciones a veces.