viernes, 3 de diciembre de 2010
La purga de Florencio
Algo contigo- Los Panchos DAP
Ni como catedrático ni como borracho
Decía en mi sueño, la voz, etílica y viciosa. Se preguntan los agnósticos si puede o no ser etílica una voz. Yo me hago cada vez más pequeña, escondida en la butaca de antelina roja del recinto de espectáculos sin identificar de mis sueños. Porque esto es un sueño y soñada fue la historia que yo me permití tener con usted aquel primero de carrera, mítico para tantos, soñado para mí.
Huí de usted con la misma intensidad con la que, incomprensiblemente, la ley de la atracción me conducía a su encuentro. Ya hoy, tanto enseñan dos lustros, no me parece incomprensible, luego lo comprendo. Era lo que decía, era como lo decía. Desde la primera clase. ¿Recuerda esa primera clase en la que asesinó el deseo de escribir de tantos? Somos(seremos) filólogos: No venimos a sentir la poesía, venimos a destriparla. Y mi yo literario huyó y mi yo destripador, me destripó. Cómo pasa el tiempo, maestro. Sigo conservando en la bandeja de salida de mi correo electrónico una carta -porque es carta y no e-mail- que tantas veces intenté hacerle llegar, que me pregunto si alguno de esos intentos no dejó de ser fallido.
Para el recuerdo dejo los peldaños de la escala que usa Calixto,la estructura de La Lozana, un exmen de septiembre que rozó los límites de la moralidad, el eterno juego de los límites que, en las relaciones interpersonales, propicia el ejercicio docente. Recordará el ramo de margaritas en el despacho, la petición de perdón inocente. Me pregunto ahora dónde estaba mi inocencia en esos tiempos...demasiada cerveza, demasiado Prozac.
Tantos años rehuyéndole sin mayor deseo que encontrarle. En Cuenca le tuve tan cerca que me fui todavía más lejos. Siempre acababa corriendo y a mi cabeza venía la voz de Garcilaso, sí, yo oía a Garcilaso diciéndome A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban...Yo siempre presa en el mito, mitificada, mitificando.
Le creí real, amor platónico, y fue usted solo un grandísimo amor de Platón, como su propio nombre (lo) indica. En los últimos años de carrera, de las carreras de antes del Plan de Bolonia, pasó usted a ser pensamiento para esas largas siestas que aletargan los inviernos. Y ahí quedó usted relegado.Su huella. Después, poco a poco, lenta y paulatinamente, acabó por difuminarse. La pincelada cada vez más suelta, retrato impresionista Le confieso que algunas veces rastreo su huella en la web. Y me acerco hasta que comprendo , porque dos lustros después ya comprendo, que si esa huella comenzara a acercarse y a hacerse nítida, sería señal de salida suficiente para que yo comenzase mi carrera, de velocidad y de fondo, eterna carrera de ninfa.
A veces en el ejercicio docente, quedamos atrapados en el juego del ratón y el gato. Ahora comprendo.
Caballero de la triste figura, puede usted ir en paz.
Things pass, and the best we can do is to let them really go away. Las cosas pasan y lo mejor que podemos hacer es permitirlo, dejarlas ir.
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