martes, 9 de noviembre de 2010
Baila (capítulo III)
Como un explorador- J.SABINA DAP
Una mañana, quizás en la de ayer - anteayer a lo sumo- entendió Ratita que no le gustaba bailar con ratones. Es más, lo destestaba. Los sentía torpes, inapropiados. O quizá es que a su lado, al lado de ellos, de los buenos ratones, era ella la que se sentía torpe e inapropiada.Pero una rata ha de bailar con ratones, topos como mucho. Algún conejo enano, si nos ponemos extremistas. Todo lo que se salga de ahí es una auténtica locura, un suicidio. La ratita quiere salvarse, hará lo que sea por ponerse a salvo de sí misma. Lo ha intentado no hace mucho,quizás ayer o anteayer, y se ha sentido tan falta de vida...
Hoy ha vuelto a encontrarse con el gato honesto del Capítulo I ¿¿¿Pero tú crees que un gato puede ser honrado??? ¡¡¡Por favor, no (me) seas ingenua!!! El gato es, por naturaleza, astuto, desconcertante y muy poderoso. Ratita empieza a sentir que ya no tiene que defenderse de las opiniones de los otros, que no necesita argumentar(nos) todas y cada una de sus decisiones. Este gato no me miente. Me ha dicho que es un gato y que piensa comerme pero también me ha dado la opción de salir corriendo justo antes de atarse la servilleta al cuello. La carne de rata le sabe a rayos en verdad. Digamos que es un gato sin estámago de gato.
Ya no tienes que darnos explicaciones, no te justifiques. Sólo porque él sabe más que tú de caminos (y de puertos y canales) permítele que te trace. Deja que saliva de gato cure zarpazo gatuno. Y no dejes de bailar...
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