sábado, 13 de noviembre de 2010
ITE, missa est.
Y no llegaste a quererme- José Monge Cruz DAP
Alargaste el febril brazo para tomar impulso y te incorporaste en una cama de hospital que se nos quedaba grande de tan pequeña que era. Serrat pasaba por mi cabeza, como a veces pasa, cantautor de infancia, sin ti mi cama es ancha ay amor. Y se marchó para que hablaras tú, es Serrat un tipo educado.
Me miraste con la profundidad de un marinero huérfano de barco y capitán frente a la inmensidad oceánica. Me miraste y suspiraste. Tus ojos cayeron para hacerse Palabra:
- Esto no funciona. Yo no estoy bien. Algo dentro me tiene inquieto. Albergo todos los demonios.
Yo te dije, sin despegar los pálidos labios de amatista, que los intuía, que me acosaban, que me aislaban, que me apartaban, que me fragmentaban, que me obligaban a permanecer insular, que no es para lo que yo me sé nacida. Te dije que me hacían, en resumen, profundamente infeliz.
- Soy incapaz, no puedo amar. Lo he intentado pero va contra mi naturaleza. No puedo amar ni dejar que me amen, al menos no con el amor que tú traes. El amor que tú traes me resulta nauseabundo, borra mi identidad, me ciega, me asola.
Te vi tan pequeño en ese instante, tan recién parido, que mi corazón se encogió como el de una madre primeriza. No es incierto que no estás preparado, si bien no miento al decirte que puedes ir tranquilo porque contarás con el tiempo suficiente para aprender. Y tendrás amigos, tendrás amor Un hombre solo Una mujer, así tomados, de uno en uno, son como polvo, no son nada No son nada. J.A. Goytisolo se aleja y te cede, de nuevo a ti, el protagonismo:
- Siempre te llamo para que vuelvas, cierto es, siempre te llamo porque deseo tomar lo que para mí traes. Quiero beber de la copa de cristal (Velázquez pinta un higo dentro de la que es sostenida en su Aguador de Sevilla sin más finalidad que darle dulzor al agua y, a continuación, también sale de escena). Y morir si es veneno, resucitar si s(ó)lo néctar. Pero soy incapaz, no puedo amar y menos con tu amor, que es para mí nauseabundo.
Te deshaces como manteca al calor de la estufa en una vieja cocina castellana. Sube la fiebre. Bajan los brazos, cae la cabeza cerrada la boca.
Yo me mantengo fría, como ajena a la escena. Como casi siempre ajena al mundo, como casi siempre ya lejos She´s running out the door...She´s running out She runs, runs, runs, runs...runs...
Radiohead se aleja también y nos permite, por fin, abrazarnos, fundidos, durante largo tiempo. Perimitirnos, s(ó)lo esta vez porque será la última, sentirnos uno solo. Y así, abrazados y quedos, acompasados los corazones, nos deseamos lo mejor, nos recordamos que siempre nos querremos por el tramo de camino que compartimos y nos permitimos continuar en paz. Bendito seas por siempre.
Y nos vamos alejando el uno del otro, por fin ya para siempre, mientras arrancas el coche en dirección al mar, tan soleada la mañana de domingo.
Y es en los pies, un día más, donde leemos. Entre una huella y otra s(ó)lo hay un paso.
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