martes, 9 de noviembre de 2010

¿Qué he hecho YO para merecer ESTO? (mea culpa)


Jesucristo García- Extremoduro (en-lat-ada)          DAP





El cuento acabó pero la ratita sigue con nosotros, la seguimos viendo, nos sigue contando. Continuamos narrando. Ratita quiere sentirse víctima y preguntarle al viento qué ha hecho ella para merecerse esto. Quiere ser una Escarlata O´Hara moderna, demanda drama. Desea culpar al otro y sentir que ella no ha podido hacer nada, que -simplemente- cayó presa de un amor que nunca se le muere.Que la mata.
 Pero busquemos respuestas. Ratita, tú eres la única responsable del camino que transitaste. ¿Por qué elegiste al gato? Y piensa más allá: ¿Elegiste al peor o, quizá, elegiste al mejor de entre todos? Sabemos, no nos engañas, de lo concienzudo que fue tu casting. No hubo azar. Dices querer una cosa pero haces justo la contraria. Supiste poner sobre la mesa la singularidad que perseguías. Necesitabas a un candidato que te permitiera escenificar tu valor y tu capacidad de sacrificio. Sólo el gato se prestaba a ser tu dios, ese pequeño dios, más pobre que divino; solo el gato se presta a tu juego macabro. Implacable el casting.
Querías decirle a los ojos claros, forzosamente felinos, en tu ensayado papel que ya has olvidado, que no se preocupara de nada, que tú le ayudarías a querer a las ratas, que tu amo(r) incondicional le acabaría demostrando que le ibas a querer tanto -tanto- que se vería obligado a no hacerte daño. Gato, quizá al principio no puedas evitarlo. Y me arañes. Pero yo aguantaré, estoica, mi amor será más fuerte. Te padeceré hasta que comprendas que siempre voy a estar aquí, que no te dejo. A lo mejor no es hoy ni mañana ni pasado pero un día...un día me amarás tanto -tanto- que a mí no podrás comerme.

Esta rata no presume de rabo ni de lazo ni de escoba ni de casa. La presunción de nuestra amiga va más allá. Quiere estar por encima del resto de roedores. Quiere ser la única rata en el mundo capaz de haber logrado enamorar a un gato y doblegarlo. Sin morir en el intento.
No eres el Cordero de Dios, agnus dei miserable, no quitarás el pecado del mundo. Llora tu fracaso, pecadora. Paga tu pecado, fracasada llorona. Sigue tu camino, hija de dios. Y deja de ser hija de dios.

Cuánto más necesito para ser Dios. Cuánto más necesito convencer.

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