martes, 2 de noviembre de 2010

Y por las noches...¿qué harás?(en directo)


Buscando una luna- Extremoduro  DAP




Barre hacendosa la puerta, la cola engalanada. Toda la vida desempolvando aceras, una moneda de oro fortuita y no se le ocurre más que adornarse el rabo de rata ruidosa que roe las ruinas que barre y remienda, religiosa. Erre con erre. Jodida rata estúpida. No me creo que no se te hayan ocurrido mejores inversiones.
La cola de pretendientes, inevitable. Los pretendientes no faltan en ninguna fábula. Los echamos de Ítaca y han llegado a este bosque. Todos pretenden a una rata de la que quizá sólo les interese el lazo violeta que la adorna. Tan brutal es la realidad a veces que nadie quiere hacerse consciente de ella. Mucho menos nombrarla.
Nuestra ratita ve pasar con desinterés a tantos..Hasta que se cruza con los ojos del gato.
¡CON EL GATO NO, RATITA!¡TE QUIERE COMER!
Lo peor es que el gato de este cuento ya es un viejo conocido. Ya le arreó buenos bocados. Cuenta de ello dan sus carnes. Ratita se acicala con arte, no sólo mucho sino de buena manera, pero si os fijáis bien sus carnes dan buena cuenta de esto que os digo: la parte superior de su rabito de alambique curvo y gracioso, fijaos, y la cicatriz en la pata derecha. El borde de una de sus orejas desollado, el hocico magullado, el hambre en el corazón. Lo peor es que sin querer ser pasto de felinos, esta vez parece servirse directamente en bandeja. Cómeme ya y acabemos con esto, gato de los cojones.
¡CON EL GATO NO RATITA!¡TE QUIERE COMER!
Pero Ratita parece casi ya empaquetada, envasada al vacío, como los solomillos del Carrefour. Esta vez ha sido precabida haciéndose imprimir una fecha de caducidad. Es consciente, ahora sí, de que ni ella misma es eterna.
Quédate, no vayas.
Tengo que ir.
Te va a comer.
Tengo que ir.
¿Quieres?
...
La cago. Vuelvo a tiritar. Que no. Que ha sido un momentito, sólo de bajada ¡Que aquí no pasa nada!
Que no pasa nada...
Que no pasa nada...


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