“Volví a casa con la
sensación de una absoluta soledad.
Generalmente, esa sensación de estar solo en
el mundo aparece mezclada a un orgulloso
sentimiento de superioridad: desprecio a los
hombres, los veo sucios, feos, incapaces,
ávidos, groseros, mezquinos; mi soledad no me
asusta, es casi olímpica…’’
Juan Pablo Castel. El Túnel. Ernesto Sábato, un argentino.
No soy Orgullo pero, ¿qué hay de Orgullo en mí?
(Mano a mano, tango. Andrés Calamaro, un argentino)DAP
No tuvo una vida fácil. Desde niño tuvo que luchar duro. Se movió en los peores ambientes, contó con los peores ejemplos. Era casi un milagro que siguiera vivo. Pero era un tipo fuerte y tenía una gran fuerza de voluntad. Charco en el que se metía, charco del que salía: ¿Qué era la vida sin charcos?
No fue sencillo que destinaran a papá lejos. O que papá aprovechara para abandonarlos excusándose en su nuevo destino. Más difíciles serían la largas jornadas de mamá en el restaurante de las afueras del pueblo. Y los hermanos, tan mayores como brutales. Y los compañeros de clase, tan crueles como carentes de sensibilidad. Y él siempre al rincón con su viejo libro heredado de ciencias naturales. Pero no olvidaba todo lo demás: el hambre, las humillaciones en clase, los saqueos, la humedad de los techos, los abusos del cura, los brotes de tuberculosis, la violencia del amigo de mamá, el contrabando, los acuerdos mafiosos, los malos encargos.
Estaba orgulloso de haber crecido. Orgulloso de haber sacrificado su gusto por las ciencias naturales y haber empezado temprano a ayudar en la tienda del final de su calle. Orgulloso de haber solicitado el traslado a una ciudad del norte al llegar a encargado. Orgulloso de mantenerse sobrio, de mantener su casa, de pagar sus recibos. Orgulloso de haberse casado con su novia de toda la vida. Ni recordaba ya cuando la había dejado de querer pero habían formado una familia muy respetable.
Tan respetable era su familia que el día en que le dio una paliza a su hija mayor tras decirle ésta que dejaba la escuela para irse a pintar a París...se preguntó: "Eh muchacho, ¿Dónde está tu Orgullo?". Y se respondió.
Da igual.
All in all it was just a brick in the wall..
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