lunes, 6 de septiembre de 2010

LA IRA (I)




No soy Ira pero ¿qué parte de Ira hay en mí?
Ira: Pasión del alma, que causa indignación y enojo.

¿Qué cosas te enojan, pequeña niña asustada?¿Qué te resulta molesto de cuantas cosas ves aqui?¿Algo te desagrada?
La niña se aburrió de contestar que todo estaba bien. Se cansó de agradar a mamá, a papá, a la hermanita, a los profesores. A los abuelos y a los tíos, a los amiguitos de clase y del parque. A los tenderos del mercado y al doctor.
¿Pero qué cosas me enfadan...?

Detesto las retransmisiones deportivas; me dan ganas de vomitar. El arrullo de las palomas contaminadas de ciudad. Conducir en reserva. Los ronquidos. La dureza fingida. El fuagrás de Apis.La caída de la hoja. Los despertadores.El roscón sin nata. Las discotecas. Las salas de espera. Dormir en el lado que no tiene mesilla. Las almohadas bajas. Las malas indicaciones. A las rubias de bote.A las naturales.El estreñimiento. A los camameros antipáticos. A la pija de Wendy. A las pijas. A los votantes de derecha. La moral impuesta. Las actualizaciones requeridas de Flash Player. Los cuerpos huesudos, los sacos de cuerpo. Las discusiones que sólo se justifican en la necesidad de humillar. Círculo de Lectores y los libros de tapa dura. El abandono. Las carreteras de doble sentido. A los domingueros que dejan su basura en el campo. Fracasar. Los cuartos de baño sin ventana. Los cerebros monolingües. Tener que pedir el dinero que presté. Las marchas atrás. El queso, de cualquier tipo. Las lamidas de oreja. El color azul pitufo. Las manzanas golden. Las chuletas. A Piolín y al gato Silvestre. La defensa sin ataque. A quienes conducen bajo el efecto de drogas o alcohol. Las monarquías. Los gestos graves que no devuelven sonrisas. La mala educación. La buena, si es forzada. Los amantes que me salen, carentes de sex-appeal. Ser más Penélope que Helena. Las faltas de ortografía. No saber lo que se me pregunta. Mancharme de barro el bajo de los pantalones en días de lluvia. Los calamares de los bocadillos de calamares de la Plaza Mayor. Aparcar en batería marcha atrás en los angostos aparcamientos de los centros comerciales de los años 80. La estética de los 80.El arroz con mucho pollo. El arroz con poco caldo. El que no me hierven. Al hombre del chato de vino y de la partida de mus. Los complejos.A la mujer de chicle y tinte. La piel del pollo. La oreja del cerdo. La piel del chorizo y la pezuña del jamón. Los períodos de paro prolongados. Que mi padre me busque novio. A quienes nunca lo intentan. Creer que está todo fuera. A quienes nunca piden perdón. La crítica cobarde que niega las miserias propias. La cerveza negra. El Sandy sin caramelo. El Sandy con caramelo y almendras. Los pitillo que muestran la marca del calzoncillo que hay debajo. Que no me dejen intentarlo. Lo que rompe la armonía. La belleza pretendida. A los trendies. Los tributos que pagan los costaleros. La imaginería. La falta de independencia. No tomar café. Las imposiciones parentales. La dependencia, con su ley. Las corridas de toros y cualquier tipo de tortura animal. A los chulos de la clase. Al tonto de barrio. Las bajadas a los infiernos. Las tetas grandes y las pollas pequeñas. La ley de la gravedad. La inactividad, la pereza. La astenia, la abulia y la apatía. No conocer la etimología de cada palabra. La ostentación que esconde miserias (humanas).Las amistades peligrosas. Las películas de Woody Allen (aunque sigo intentándolo). El especial de Raphael de cada Nochebuena per secula seculorum.A las personas sin escrúpulos. Los pelos improcedentes.Los armarios que no son empotrados. Los preservativos y las ETS. A las personas inapetentes. La falta de intensidad. Los atardeceres tempranos, los amaneceres londinenses. Las llamadas a comerciales al fijo. Las promesas que se rompen. Los melones que no salen dulces. Las playas de arena. Las canciones sin emoción.Los chistes sin gracia. A quienes no se atreven a contarlos sólo por esa razón. La timidez y la desvergüenza. El ruido evasivo. El miedo a uno mismo. Las becas Erasmus. Las fases de concurso-oposición. Los suspensos. El recato y los remilgos ante el sexo oral. Los bares latinos. La huída de la ternura. Los bajones que acaban en migraña. La leche desnatada, el café descafeinado, la coca cola light y la cerveza sin alcohol. El gluten, la lactosa. Enrique Bunbury. Las autopistas de peaje. La (mala) nostalgia que trae, a veces, la memoria. Las carencias. Los sueños que pasaron, las pesadillas. Las mentiras. La infidelidad. Los finales: la condena a la impermanenecia. Lo que pudo haber sido, lo que nunca será. Los desajustes hormonales. No ser aceptado para ser acusado. Pinchar. Sentir que caminas sola. Una noche de insomnio. La falta de originalidad. El vello púbico que se atrinchera en las gargantas. No saber mecanografía. La incapacitación, el "no puedo". No poder repetir. El careto de Jim Carrey en La Máscara y el Grinch. No recordar por la mañana lo que soñé la noche anterior. Los gases reprimidos.Seguir esperando a Richard Gere trepando por la escalera de incendios de mi apartamento neoyorquino mientras sostiene una rosa roja entre los dientes.A todo gato viviente. La represión, la coacción, los chantajes, las imposiciones: los regímenes totalitarios.Los regímenes disociados, los de la fruta y los de la alcachofa. Los consejos, todo consejo (aunque venga disfrazado de la advertencia "así no" o de la sugerencia "es por tu bien"). Mucho cine español. Que la cultura tenga coste de entrada. Combinar escote y minifalda/minishort. Los anglicismos. Cantar tan malamente. Los deportes en equipo. Competir (y perder). La comedia romántica americana. La carne de cordero. Lo que se quiere compartir y, por miedo, no se comparte. A quienes niegan sus faltas enfocando las ajenas. La pizza hawaiana. Tener que llevar calcetines. El invierno. El humo del tabaco.Que no haya tallas. Los sujetadores con relleno. El alarde de la incultura. A quienes me transmiten que odian su trabajo. Las manchas de mora. El aterrador miedo a la soledad. Las tardes de domingo. Las ciudades sin mar. Los niños-tiranos.La falta de inocencia. Las llamadas a la hora de la comida. Los granos.Las masturbaciones mal hechas. El inevitable paso del tiempo. La filosofía racionalista. Los tonos demasiado altos. Las fiestas: cumpleaños, aniversarios y santorales. Lo convencional si sólo es convencional. La falta de higiene. El autosabotaje. El volver a empezar de cero. Ser impuntual. Tener cuatro libros empezados. La falta de inspiración. Los atascos en cuesta arriba. Los ceda-el-paso en cuesta arriba. El juego de embrague y los arranques de freno de mano. Las limitaciones. La casquería. Los auriculares que regala Renfe. Las faldas-pantalón. Las excursiones de adolescentes. La falta de innovación en la industria del porno y la importancia de los preliminares. Las frases hechas. La sobrevaloracíón de ciertos tópicos. Las mantas que no huelen a suavizante; o a cuerpo, en el mejor de los casos. Montar en bici sin carril para ello. Los cascos. Las retenciones (de líquidos). El horror vacui. Los malos despertares. Los semáforos en rojo. La pedofilia. La fruta de temporada. La nouvelle cuisine y la haute couture. Las reconciliaciones en París. Las croquetas congeladas. Las apariencias que maquillan la bendita humildad. Las uñas mordidas. Las uñas negras. Las gorras tapa-calvas y los pareos cubre-celulitis. La poesía que se ahoga en el pecho. La condena a la infelicidad que muele estómagos. Las angustias que embotan cabezas. El sufrimiento.

Detesto expresar mi ira. Detesto reprimirla. Detesto tanto explotar como no haber explotado nunca. Detesto la destrucción y la educación que amansa. Detesto las religiones y las pastillas médicas, que pretenden que me olvide.¿Qué queréis que recuerde en su lugar?

Mira dentro: ¿qué encontraste hoy? Buscabas en Ira.

Da igual.
All in all it was just a brick in the wall..

No hay comentarios: