miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA PEREZA (IX)

¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, y perdóname que insista, Mario, que a lo mejor me pongo inclusive pesada, pero no es una bagatela eso, que para mí, la declaración de amor, fundamental, imprescindible, fíjate, por más que tú vengas con que son tonterías. Pues no lo son, no son tonterías, ya ves tú, que, te pones a ver, y el noviazgo es el paso más importante en la vida de un hombre y de una mujer, que no es hablar por hablar, y, lógicamente, ese paso debe de ser solemne, e, inclusive, si me apuras, ajustado a unas palabras rituales, acuérdate de lo que decía la pobre mamá, que en paz descanse. Por eso, por mucho que él la defienda, y por voces que dé, no me seduce la fórmula de Armando de salir cuatro tardes juntos y retenerle un buen rato la mano para considerarse comprometidos. Eso será un compromiso tácito si quieres, pero si me preguntaran a mí, no me mordería la lengua, te lo aseguro, que yo me mantendría en mis trece, Esther y Armando se han casado prácticamente sin ser novios antes, de golpe y porrazo, tal como suena, cosa que, bien mirado, ni moral me parece. Es lo mismo que si un hombre pretendiera ser marido de una mujer por ponerle la mano encima, equilicual, que el matrimonio será un Sacramento y todo lo que tú quieras, pero el noviazgo, cariño, es la puerta de ese Sacramento, que no es una nadería, y hay también que formalizarlo, que ya sé que fórmulas hay muchísimas, montones, qué me vas a decir a mí, desde el "te quiero" al "me gustaría que fueses la madre de mis hijos" con todo lo cursi que sea, figúrate, de sorche y de criada, pero, a pesar de todo es una fórmula, y, como tal, me vale.

(Cinco horas con Mario. Miguel Delibes Setién, cazador)


Apenas soy Pereza pero, ¿qué hay de Pereza en mí? DAP




(Crazy. Gnarls Barkley, cazado)


Me levanto a las 5:30 para que me dé tiempo a desayunar, entre otras cosas, mi gran plato de sandía.Citrullus lanatus = Citrullus vulgaris es una planta de la familia de las Cucurbitaceae. De origen africano, hoy se cultiva muy extensamente por su fruto,dice Wikipedia. Está guapo en la foto, más guapo aún de lo que alacanzo a recordar (pero no deberías llevarla de fondo de pantalla. Una cosa es una cosa y otra, otra). Veo en mis ojos un destello de la felicidad exiliada años atrás, que pareciera, entre asustada y tímida, intentar tornar de vuelta a casa. Terminamos de bajar las maletas. Desde que tengo uso de razón, mi padre ha sido experto en comprimir equipajes imposibles detro de maleteros que no fueron diseñados para mujeres como mi madre, aunque el Tetris lo inventó un ruso tiempo después, cuando yo ya tenía dos años. Eso es lo que pasa con los grandes descubrimientos: uno, sólo uno, hace verbo lo que ya albergaba la mente de muchos, como si en ellos hubiera estado ahí toda la vida sin necesidad de ser inventado. Y el gato al agua para uno solo. El fuerte olor a menta de la crema relajante penetra en mí cuerpo interior a través de las fosas nasales y me desmembra hasta la evaporación; sólo sus pupilas clavadas en mis pupilas me recuerdan la existencia de la materia de la que están hechos mis pies, fundidos ahora, anguilas de hierbabuena, entre sus dedos. Sant Joan d´Alacant, La Roda, Carretera de los Viñedos, Tomelloso, Toledo, Talavera de la Reina. Ayudo a mi abuela a desabrocharse el cinturón, está muy torpe. Me acuerdo de Delibes: Permitamos que el tiempo venga a buscarnos en vez de luchar contra él. Yo una vez conocí a una madre que directamente huía; los cincuenta y cinco mejores años que yo he visto en mi vida. Pero también he visto en las lágrimas de otros rostros amigos el cansancio que genera aparentarse lo que no se es, ¿no fue Platón el del mito de las sombras en la caverna? pues eso. Apenas hemos estado en el pueblo diez minutos, lo justo para que mi padre cagase. Desde que tengo uso de razón mi padre caga muchas veces a lo largo del día y el lugar de la obra es lo menos importante en este sainete que mi padre representa para nosotros cada día. Recuerdo una vez cuando era pequeña que le sobrevino la urgencia en el ambulatorio, al que acudíamos a hacer alguna prueba, supongo que para mí. Desapareció bajo el letrero amarilleado "WC", no sin antes dejarme unas monedas y encargarme la tarea de bajar a la calle y subirle un periódico. Es el primer viaje mítico archivado en mi amada memoria. Mi primera odisea sin mar, como casi todas. Bajé las escaleras anhelando las migas de Pulgarcito que yo no tenía a pesar de que rebusqué en mis bolsillos hasta vaciarlos de esos no identificados rancios restos orgánicos que a todos se nos han quedado alguna vez enredados en los hilachos de la costura, entre pelusas olvidadas y minúsculos recortes de papel cuadriculado. Debí cumplir la misión con éxito pero la verdadera incógnita que nunca he(mos) logrado despejar es el uso para el que mi padre me encargó la compra: ¿finalidad higiénica o meramente entretenedora? estábamos a mitad de los ochenta, ambas respuestas comparten grado de validez. Nos encontramos todos sentados alrededor de una mesa grande al aire libre. El sol apenas da ya en esta parte del patio, es buena hora. Reímos carcajadas a corazón abierto; el padre cuenta anécdotas para sorpresa de todos, la hermana matiza. El niño corretea entre nuestras piernas persiguiendo un balón recién estrenado. La madre trae la paellera de fideuá al centro de la mesa. Podemos empezar ya. He llegado cansada a casa y he pasado la tarde escribiendo. Hablé también con un par de amigas. Deshice maletas; hasta que sea anunciada la próxima estación, ya está bueno lo bueno. Mi coche ya está de vuelta del taller, una avería carísima afortunadamente rebajada por la cortesía de la casa mecánica. Aun así se han hecho cargo mis padres. Mi madre me ha pedido, como si de un favor se tratara, que les deje ayudarme. Me siento fatal. Echo balones fuera pensando que quizá es sólo que estoy algo cansada. Dormí poco los últimos días. No me gusta meterme en la cama con el móvil, me distraigo con mucha facilidad. Hace un par de noches que me inquieto al taparme con las sábanas. Las manos vuelven a estar frías como cada invierno y me resulta imposible conciliar el sueño. Es por eso que he tenido que procurarme el calor. Varias veces. Seguidas. Y ya están sus pupilas clavádose de nuevo en mis pupilas y haciendo carne mi entrepierna, que desea dejar el estado sólido y expandirse por las carcomidas paredes de la improvisada habitación de matrimonio ampurdanesa. Pero su boca me alecciona y muestra todos y cada uno de los catorce caminos gozosos de este Via Crucis que es también Pasión, Muerte y Resurrección. Salgo de la ducha y me acuesto: es hora de dormir. Buenas noches y dulces sueños...


Quizá el vivir es sólo soñar. Porque lo escribió Calderón y porque tantos otros lo sintieron, sin escribirlo, antes que él. Otros tantos hemos venido a sentirlo después. Pero es Pereza dejar de vivir en uno para instalarse en el otro. Es Pereza deshabitarse. "Cerrado por derribo".¿Y si se hace tarde para rehabilitar? Da igual:


All in all it was just a brick in the wall..

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