sábado, 11 de junio de 2011
Buenas noches
La luz se apagaba y ya todo era oscuridad. No se veía nada, absolutamente nada, aunque una forzara mucho los ojos. Abrirlos hasta que pareciera que se te salían o cerrarlos, era lo mismo. Descubrió que si los cerraba con mucha mucha fuerza, a veces parecían verse pequeñas lucecillas amarillas, como estrellitas en la mar, a la deriva...
- Buenas noches, fulanita
- Adiós buenas noches
¿Adiós???? ¿Cómo que adiós??? La angustia ya se le había asentado en el pecho y allí estaba, incompasible, dispuesta a instalarse en la bocade su estómago. Bendito epigastrio el suyo. El desasosiego le hacía entonces retorcerse sobre el colchón y la oscuridad empezaba a adquirir propiedades que la física aún no le había otorgado. Por eso le pesaba.
- ¿...Adiós...? Adiós, no...Si nos vamos a ver mañana. Si es sólo este rato de noche el que no vamos a hablar. Mañana nos despertamos ¿no? y es otra vez lo mismo...No nos vamos a morir. Tú estás en tu cama y yo en la mía pero en un rato sale el sol o encienden la luz y nos vemos...No hace falta decirse adiós.
- Vaaale. ¿Y qué quieres que te diga?
- Ay pues...hasta luego o hasta mañana. Que descanses, dulces sueños. Y ya está. Hasta luego o hasta mañana me gusta más. ¿Vale?
- Vaaale. Hasta mañana, pesada.
Se quedaba mucho más tranquila pero la duda de la incertidumbre ya había sido sembrada. Sin embargo, a veces las despedidas tienen que ser permanentes. A veces nos vamos para siempre.Ella se promete, ya de niña, que -en la medida de sus posibilidades- ella evitará despedirse de nadie. El adiós le duele. Y empieza a enseñarse el hasta mañana. Sólo tendrá, así, que padecer una despedida en toooda su vida que será, cómo no, la de la postrera sombra, en palabras de Quevedo. Será difícil ese adiós también, no va a negarlo, infinitamente difícil, pero será sólo uno en toda su vida. Además, vendrá justo antes de su última expiración, luego apenas tendrá tiempo de echar a nadie de menos. Lo dirá, cerrará los ojos y morirá en paz, como Dios manda. Se queda más tranquila y va quedándose dormida...
Si te vas. Material defectuoso. Extremoduro. DAP
Han pasado ya muchos años de aquello. La oscuridad dejó de ensombrecerle el pecho, se fija en la luz de la luna atravesando el cristal. Le consuela imaginar a sus vecinos, arriba y abajo, a izquierda y derecha, también en sus habitaciones y a oscuras, intentando conciliar el sueño. Pero hoy cuando Carlo le colgó el teléfono y se vio incapaz de dejarle marchar, se le ha vuelto a encoger la boca del estómago. Y de pronto se ha hecho muy muy pequeña y todo se ha quedado muy muy oscuro. Y quiere oirle decir que mañana se ven, no le importa ahora si ese "mañana" fueran dos años o tal vez un nunca. Pero que suene a "hasta mañana", el "adiós" le mata. Y se queda ahí, aterrada, con las mandíbulas desencajadas. Gritando en silencio como si Munch estuviera delante con la paleta en la mano. Y no hay consuelo.
Pero es un hecho que ha crecido, que se ha hecho mayor y sólo ella podrá enfrentarse a los monstruos que siguen debajo de su cama por muchas aceras que hayan sido llovidas.
Si te vas, mi dulce niña, adiós, Soraya, adiós.
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