viernes, 3 de junio de 2011

Midnight in the cinema (la incomprensión de mr Allen)


Ella Fitzgerald-Let's Do It (Let's Fall In Love)


No logro entender a Woody. Hace ya más de 10 años que tuve mi primer intento. Con algo así como la maldición del escorpión de jade. No me atrevería a afirmarlo tipográficamente y, sin embargo, intuyo que no yerro al dejarlo apuntado. Me dormí profundamente. Me he dormido en otras, no voy de remilgada, pero dormirse con Allen -para alguien a quien la (pseudo)intelectualidad puede resultarle interesante- es poco menos que un bochorno. No lo había vuelto a intentar hasta mi época londinense en que cayó en mis manos Match point en versión original, rodada, por cierto, en la misma ciudad. No me pude negar y bueno,parecía que el paréntesis de más de 5 años entre una y otra no había sido en balde.
Ayer estaba sembrada. Después de mucho tiempo esperándolo...había llegado por fin el día de ir, por primera vez en mi vida, sola al cine. Sí, dicho así, parezco la tía más estúpida de la Comunidad de Madrid, como si estuviera cogiendo impulso con cara de preocupación extrena ni más ni menos que para saltar un charco de 30 cm pero...me pregunto cuántos de ustedes fueron ya solos al cine. Es algo que no solemos hacer, no creo que nos estorbe especialmente la soledad sino más bien que los demás nos vean solos. Como si nos horrorizase despertar su compasión. Como si eso despertase compasión. De compras ya hace años que aprendí a ir, incluso ya me estrená viajando. Incluso alguna vez lo hice en conciertos de rock, tarea nada sencilla, pero daba la casualidad de que trabajaba en ellos y ya aprovechaba el viaje. En un restaurante me cuesta algo más y creo que a una discoteca no iría ni muerta. La discoteca es un lugar que me tensa tanto, que necesito hablar sin parar con quien tenga al lado. esto unido a mi incapacidad neurológica para bailar, me convierten en la peor de las compañías nocturnas posibles.
Pero ayer compré mi entrada, entré en la sala, ocupé la butaca y esperé a que llegaran las otras 3 parejas con las que compartí sala.

La película me entretuvo muy superficialmente y me resultó ridícula casi todo el tiempo (con más delito aún si os digo que hasta salen recreados Buñuel y Dalí, que son mi perdición) pero...fue maravilloso que pensar en qué pensarían los demás de mí no me convirtiera, anoche, en una malpensada.

Bendita sea la Cinesacard que rebaja la entrada a sus locales los jueves a mitad de precio y bendito sea el buey solo que, siendo buey y estando solo, bien se lame.

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