jueves, 9 de junio de 2011

Deber de deber (debido debiendo)

Lee Pablo del libro acerca de las formas no personales del verbo. Se aburre soberanamente. Yo no porque me ilusiono casi con cualquier cosa. Eres una señora de 50 añós, metido en el cuerpo de una de 25 y con la ilusión de una niña de 3, decía Jose. Es la definición más bella que alguien dio de mí (de mi ego, I mean). Es bella por lo certera. Fue Jose un chico torpemente enamorado de mí hace ya muchos años, clarividente también en sus afirmaciones. Atraemos, a veces, lo que somos.
El siguiente punto habla de las perífrasis verbales. Las hay de continui.dad, de inicio, de fin. Confundíamos en nuestras cabezas constantemente el deber de+infinitivo y el deber+infinitivo. Pues bien, os traigo iluminación magistral directamente de la antorcha de Prometeo: La primera indica duda y la segunda, obligación. Así, decimos deben de ser las cinco (pero no estamos seguros de que esta afirmación sea cierta. Luego dudamos) o deben traer una fotografía (obligación. Es un requisito que una fotografía sea traída).

 Y del mismo modo que sucede en el párrafo de sintaxis del tema 4 del libro de texto de lengua y literatura de 4º ESO de Pablo, así me debato yo en los últimos días entre el deber y la duda. Dudando de lo que debe o no hacerse y debiéndome a la duda, sin lugar a dudas. Sea.

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