- Es ud adicta a la dopamina. Hace "eso" porque le da gustito, porque le hace generar dopamina, neurotransmisor responsable de la felicidad. En su caso, ud la obtiene en grandes dosis cuando transgrede los límites, suyos y de los demás. Y la dopamina...es mucho más fuerte que la heroína.
- Claro. Claro.
- Claro no, oscuro. Oscuro lo tiene. Si no aprende a vivir dentro de los límites vivirá con la sensación de que ud no dirige su vida, sino que ésta va y viene descontroladamente.
Ese "oscuro" le ha caído como un jarro de agua fría pero lo que Esteban le ha dicho es justo lo que a ella le sucede. Es esa sensación frecuente de tener algo dentro que, sin ser ella misma, es aún más poderoso y toma las decisones importantes de su vida antes de que a ella le dé tiempo a reaccionar. Es la impulsividad, es la huída descontrolada. Se imagina cómo será la dopamina y decide que lo primero que hará al llegar a casa, en cuanto el campo de trabajo budista se lo permita, será enchufar el portátil y buscarla en Google Imágenes. También se pregunta por qué Esteban la despide hasta la próxima semana, forzando incluso su agenda para darle una cita que no le corresponde, sin recetarle antes un botecito con la dichosa dopamina. En otras vidas ya aprendió que no hay pastillas mágicas pero se le olvida con demasiada frecuencia. Y llora.También reza. Pero llora más. Llora en el coche mientras Robe o Leiva cantan y se pregunta cómo pudo meter sus cosas en bolsas de basura y salir corriendo del Paraíso. Y llora aterrada recordando ese "oscuro" grave recitado por Esteban en la consulta, aedo de funestos presagios.
Su cerebro demanda ahora el preciado neurotransmisor, debe de ser, y ella mira el móvil. Quiere escribirle, desea llamar a la puerta, ahora o de madrugada. Qué importa: Lo desea, lo desea, lo desea. Se impone la interpretación de Richard Gere (otro budista, se le imagina haciendo genuflexiones a las 6:45 am) en Pretty Woman, la última escena. El galán a la conquista final de la dama, conquista-reconciliación tras sonada ruptura. Gere trepando por la escalera de incendios del apartamento de la Roberts. Una rosa roja entre los dientes. La Roberts, bragas en mano, cae rendida. Beso largo de película y perdices (que me perdonen los veganos). Nuestra adicta a la dopamina lleva esperando que le interpreten esta escena desde que vio la película. Y nada, nunca pasa. A veces se baja del tren y mira en los alrededores de la estación. O al salir de trabajar, al ir al médico, al acabar la clase de Pilates. Pero nada. Un día debió de cansarse de esperar lo que nunca pasa, no recuerda muy bien cuándo, y tomó ella misma el rol de galán que ahora se muere por interpretar. Arrancaría una flor del jardín, tal vez una orquídea, se la prendería entre los incisivos caninos superiores e inferiores y partiría, ya sí, en busca de su Vivian particular. Porque la Roberts en Pretty Woman se llamaba Vivian.
Pero en ese instante de ensueño,apenas un atisbo de lucidez le hace comprender que a él no tuvo por qué marcarle tanto esa película. Y se intenta agarrar a eso, a esa chispita de cordura. Esteban le dijo que no se preocupe, que la tiene, y que es eso lo que hay que alimentar. Y ella le echa de comer como con mucho miedo, como a los monos del culo rojo del Safari Park cuando era pequeña, no estando muy segura de si es bueno o malo del todo.
Superado este nuevo episodio de síndroma de abstinencia, debiera entonces irse a dormir tranquila, segura de que lo que hace es lo correcto, de que está en la buena senda, de que el sano juicio es sólo un sencillo hábito a aprender. debiera pensar que lo que está haciendo será beneficioso para todos porque, en primer lugar, será beneficioso para ella. Oh Buda ayúdame a alcanzar el estado de Iluminación para poder ayudar a todos los seres sintientes, diría en Budismo, pero es lo mismo. El mismo fondo, distintas formas.
Entonces no entiende por qué lo único que desea es marcar los nueve dígitos que, sin saber cómo, ha acabado memorizando y preguntarle si sabe dónde se administra la terapia sustitutiva para la deshabituación de lo que él le daba.
* 7am: Lo hizo, contactó. Envió el sms. Se dejó llevar de nuevo. No obtuvo respuesta. De nuevo. Reza porque llegue Olvido y lo barra todo. Reza por alcanzar la vacuidad. A veces...simplemente reza.
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